El Chimpúm, nombrado así cariñosamente, es una de las primeras construcciones de La Carpa. Nace de la necesidad principal de dar sombra en el caluroso solar cedido por el ayuntamiento Sevilla.
El material principal, la madera, viene de una exposición realizada en el “Matadero” de Madrid, por el artista Jorge Perianes. Una vez su obra desmontada, aparecía en forma de cientos de perfiles abandonados en la parte trasera del centro de arte volviéndose objeto de interés para algunos colectivos locales.
El diseño se realizó limitado por la cantidad de madera que pudimos traer en un viaje de vuelta de Benicassim, donde teníamos la compañía de los amigos de La Fábrika-detodolavida.
La construcción se arrancó con una base de hormigón, donde se utilizaron casetones para encofrar, también usados en otros proyectos como para hacer prefabricados de hormigón de corcho para el proyecto con Todo por la Praxis en el
Centro de Formación de la Cañada Real.
La cubierta también se solucionó reutilizando material que venía del antiguo
Aula Abierta de Granada al igual que las placas de anclajes para los pilares. Tornillos y pintura acaban en trabajo, que como en otros proyectos, se puede realizar gracias a mucha gestión y diversas complicidades, permitiendo sin apenas fondos (unos 300 euros gastados en tortillería y barnices) una construcción que valdría trece veces más.
La misma red de información que montamos para reutilizar materiales de varios edificios o localizaciones, se convierte en red humana. La construcción, que duró dos semanas, se hizo con amigos de El Gatoconmoscas, La Jarapa, Conceptuarte, etc. evidenciando que el espacio de La Carpa iba a generar muchas colaboraciones y un trabajo en red alucinante.
Los voluntarios que aparecieron, como colectivos o como individuos, empezaron a montar el proceso que ha llegado a ser uno de los más productivos de Recetas Urbanas, donde se han autoconstruido, durante un año y medio, diferentes edificios y equipamientos para formar el Espacio Artístico.
También ha sido un proceso de aprendizaje sobre carpintería a mayor escala, un arma enorme en el proyecto general de
La Carpa, porque en poco tiempo se consigue una gran recompensa, un refugio para la sombra y la lluvia, que da muchos ánimos a la gente partícipe, que volverá repetidamente a colaborar en otras construcciones, pudiendo, posteriormente, utilizar las mismas para actividades diversas, solicitar ayuda a Recetas Urbanas en otros proyectos o luchas políticas, o simplemente tener la satisfacción de trabajar en un proyecto autogestionado.